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jueves, 27 de mayo de 2010

Jueves de la 8ª semana de Tiempo Ordinario. Ciclo C. Jesuscristo, sumo y eterno sacerdote.



Misa

PRIMERA LECTURA
Él fue traspasado por nuestras rebeliones

Lectura del libro de Isaías 52, 13-53, 12
Mirad, mi siervo tendrá éxito, subirá y crecerá mucho. Como muchos se espantaron de él, porque desfigurado no parecía hombre, ni tenla aspecto humano, así asombrará a muchos pueblos, ante él los reyes cerrarán la boca, al ver algo inenarrable y contemplar algo inaudito. ¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? Creció en su presencia como brote, como raíz en tierra árida, sin figura, sin belleza. Lo vimos sin aspecto atrayente, despreciado y evitado de los hombres, como un hombre de dolores, acostumbrado a sufrimientos, ante el cual se ocultan los rostros, despreciado y desestimado. Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado; pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. Nuestro castigo saludable cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Todos errábamos como ovejas, cada uno siguiendo su camino; y el Señor cargó sobre él todos nuestros crímenes. Maltratado, voluntariamente se humillaba y no abría la boca; como cordero llevado al matadero, como oveja ante el esquilador, enmudecía y no abría la boca. Sin defensa, sin justicia, se lo llevaron, ¿quién meditó en su destino? Lo arrancaron de la tierra de los vivos, por los pecados de mi pueblo lo hirieron. Le dieron sepultura con los malvados, y una tumba con los malhechores, aunque no había cometido crímenes ni hubo engaño en su boca. El Señor quiso triturarlo con el sufrimiento, y entregar su vida como expiación; verá su descendencia, prolongará sus años, lo que el Señor quiere prosperará por su mano. Por los trabajos de su alma verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 39, 6. 7. 8-9. 10. 11

R. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.
Cuántas maravillas has hecho, Señor, Dios mío, cuántos planes en favor nuestro; nadie se te puede comparar. Intento proclamarlas, decirlas, pero superan todo número. R. 
Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, y, en cambio, me abriste el oído; no pides sacrificio expiatorio. R. 
Entonces yo digo: «Aquí estoy -como está escrito en mi libro para hacer tu voluntad.» Dios mío, lo quiero, y llevo tu ley en las entrañas. R. 
He proclamado tu salvación ante la gran asamblea; no he cerrado los labios; Señor, tú lo sabes. R
No me he guardado en el pecho tu defensa, he contado tu fidelidad y tu salvación, no he negado tu misericordia y tu lealtad ante la gran asamblea. R. 

EVANGELIO
Esto es mi cuerpo. Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre 

Lectura del santo evangelio según san Lucas 22, 14-20
Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo: -«He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la volveré a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios.» Y, tomando una copa, pronunció la acción de gracias y dijo: -«Tornad esto, repartidlo entre vosotros; porque os digo que no beberé desde ahora del fruto de la vid, hasta que venga el reino de Dios.» Y, tomando pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio, diciendo: -«Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros; haced esto en memoria mía.» Después de cenar, hizo lo mismo con la copa, diciendo: -«Esta copa es la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por vosotros.»
Palabra del Señor.

Archidiócesis de Madrid.-

Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
(jueves después de Pentecostés)
REFLEXIÓN: Había llegado el momento tan esperado por Jesús de entregarse a los hombres, de instituir la Sagrada Eucaristía como alimento y como compañía nuestra en el Sagrario durante todo el día, y durante toda la vida. Jesús se fue a los cielos en la Ascensión, pero a la vez se ha quedado con nosotros por el gran amor que nos tiene, para que seamos "amigos para siempre".

     Verdaderamente debieron de conmoverse los Apóstoles al tener a Jesús con ellos a la mesa, viéndole emocionado, y al tener sobre la mesa en forma de pan y de vino al mismo Jesús. Pero el que estaba conmovido en su Humanidad era sobre todo Jesús, pensando en cada uno de nosotros, que estaríamos a la mesa de la Eucaristía a lo largo de los siglos.
     Jesús espera que acudamos a ese encuentro de amor que es la Santa Misa donde Él viene como Dios y como amigo. Y cuando baja en todos los templos del mundo los días de fiesta espera vernos a cada uno de los cristianos, formando la Iglesia, unidos a Él. ¡Qué menos que los días de fiesta vernos a todos! Pero la fe en que en la Eucaristía está Jesús y el amor que Le tenemos se manifestarán en acudir más veces a la Santa Misa, incluso todos los días. Porque Él vuelve a aparecer con ese deseo ardiente de encontrarse con cada uno, conmigo. Qué pena si, al echar una ojeada, no nos viera allí ese día. No, no es una cuestión de preceptos, es una cuestión de amor.

     RESPUESTA Y COMPROMISO: Procurar acudir unos minutos antes de que comience la Misa para hacer actos de fe y de amor.

     CUESTIONARIO: ¿Sé dejar otras cosas para estar con Él en ese encuentro? ¿Mi asistencia a Misa (o mi no asistencia) depende del ambiente que haya, de las personas que asisten? ¿Entiendo que en la Misa lo más importante no es lo que hacemos los hombres sino lo que hace Dios y que, por eso, todas las Misas son esencialmente lo mismo, la misma Misa?

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