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sábado, 19 de junio de 2010

Sábado de la 11ª semana de Pascua. Vigilia de Pentecostés. Ciclo C.


Misa
ANTÍFONA DE EN TRADA Cfr. Sal 26, 7.9
Escucha, Señor, la voz de mi clamor: no me rechaces ni me abandones, Dios, mi salvador, porque tú eres mi refugio.
ORACIÓN COLECTA
Dios nuestro, fuerza de los que esperan en ti, escucha con bondad nuestras súplicas, ya que sin tu ayuda nada puede la fragilidad humana, y concédenos la gracia de cumplir tus mandamientos para agradarte con nuestras acciones y deseos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA 2Crón 24, 17-25
Lectura del segundo libro de las Crónicas.
Después de la muerte de Iehoiadá, los jefes de Judá fueron a postrarse delante del rey, y éste se dejó llevar por sus palabras. Entonces abandonaron la Casa del Señor, el Dios de sus padres, y rindieron culto a los postes sagrados y a los ídolos. Por este pecado, se desató la indignación del Señor contra Judá y Jerusalén. Les envió profetas que dieron testimonio contra ellos, para que se convirtieran al Señor, pero no quisieron escucharlos. El espíritu de Dios revistió a Zacarías, hijo del sacerdote Iehoiadá, y éste se presentó delante del pueblo y les dijo: “Así habla Dios: ¿Por qué quebrantan los mandamientos del Señor? Así no conseguirán nada. ¡Por haber abandonado al Señor, Él los abandonará a ustedes!” Ellos se confabularon contra él, y por orden del rey lo apedrearon en el atrio de la Casa del Señor. El rey Joás no se acordó de la fidelidad que le había profesado Iehoiadá, padre de Zacarías, e hizo matar a su hijo, el cual exclamó al morir: “¡Que el Señor vea esto y les pida cuenta!” Al comenzar el año, el ejército de los arameos subió a combatir contra Joás. Invadieron Judá y Jerusalén, ejecutaron a todos los jefes que había en el pueblo, y enviaron el botín al rey de Damasco. Aunque el ejército de Arám había venido con pocos hombres, el Señor entregó en sus manos a un ejército mucho más numeroso, por haberlo abandonado a Él, el Dios de sus padres. De esta manera, los arameos hicieron justicia con Joás, y cuando se fueron, lo dejaron gravemente enfermo. Sus servidores tramaron una conspiración contra él para vengar la sangre del hijo del sacerdote lehoiadá, y lo mataron cuando estaba en su lecho. Así murió, y fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el sepulcro de los reyes.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Joás, que había llegado al poder bajo la protección de los sacerdotes y la aclamación popular, cayó en la corrupción. El texto bíblico relata la fragilidad de un poder basado en el abuso y que causa destrucción y muerte cuando se deja de lado la capacidad de servir.
SALMO Sal 88, 4-5. 29-35
R. El Señor asegura su amor eternamente.
Yo sellé una Alianza con mi elegido, hice este juramento a David, mi servidor: “Estableceré tu descendencia para siempre, mantendré tu trono por todas las generaciones”. R.
Le aseguraré mi amor eternamente, y mi Alianza será estable para él; le daré una descendencia eterna y un trono duradero como el cielo. R.
Si sus hijos abandonan mi enseñanza y no proceden de acuerdo con mis juicios; si profanan mis preceptos y no observan mis mandamientos, castigaré sus rebeldías con la vara y sus culpas, con el látigo. R.
Pero a él no le retiraré mi amor ni desmentiré mi fidelidad; no quebrantaré mi Alianza ni cambiaré lo que salió de mis labios. R.
ALELUYA 2Cor 8, 9
Aleluya. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza. Aleluya.
EVANGELIO Mt 6, 24-34
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero. Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer o qué van a beber, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros y, sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por el vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se inquieten entonces, diciendo: “¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?” Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
En los momentos de desesperanza frente a situaciones sociales y económicas injustas, es importante recordar que Dios no abandona a sus hijos. Que una verdad que no debe ponerse en dudas es, que Dios Padre atiende el clamor de los que ama.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, que nos alimentas con estos dones, y nos renuevas con tu sacramento, concédenos que nunca nos falte el sustento para el alma y para el cuerpo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Jn 17, 11
Padre santo, cuida en tu nombre a aquellos que me diste, para que sean uno, como nosotros, dice el Señor.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos Padre, que así como la comunión que hemos recibido es signo de la unión de los creyentes en ti, también se realice la unidad en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

REFLEXIÓN BÍBLICA
 

“No se puede servir a Dios y al Dinero”
Mt 6, 24-34
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. NADIE PUEDE SERVIR A DOS SEÑORES
Dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y menospreciará al segundo. Jesús nos dijo Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón, (Mt 6, 19-23) allí esta el amor de Dios, el verdadero tesoro, a El debemos amar por sobre todas las cosas. Es un imperfecto, sentimiento pensar que se puede amar tanto a otra persona como a Dios. Una imperfección compatible con un fundamental amor a Dios. Este versículo, literariamente se presenta un siervo entregándose totalmente a un señor; su voluntad es la de éste. Esto le impedirá servir a otro totalmente. El siervo no tiene más que la voluntad de su amo. Jesús acusa de incompatibilidades, aborrecerá a uno y amará al otro. Esta formulación no significa odio propio, sino no amar o amar menos. Y Jesús dice la enseñanza: No se puede servir a Dios y al Dinero. No se puede servir a un tiempo con la misma sumisión a Dios y a la riqueza material, no se puede hacer ni psicológica ni religiosamente, esto no es posible. El corazón ha de estar totalizado en Dios.
2. SENTIRNOS QUE PERTENECEMOS A DIOS
Cuando nos hemos bautizados, no hemos consagrados a Dios, y es así, como en nuestras conciencias sentimos el llamado de Dios a vivir en plenitud de nuestra vida esa consagración, asumimos con amor la voluntad de pertenecer al Señor y servir y vivir para El.
Para sentirnos que pertenecemos a Dios, debemos liberarnos de las odiosidades y las soberbias, abandonar el egoísmo y las comodidades, y no servir a las riquezas haciéndonos esclavos de ellas, ya que las comodidades materiales nos alejan del servicio de Dios.
3. NO SE INQUIETEN POR SU VIDA
Dice Jesús: Por eso les digo: No se inquieten por su vida, pensando qué van a comer o qué van a beber, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir. ¿No ha de haber solicitud por los bienes necesarios de la tierra? Sí, pero sin demasiada interés, pues hay Providencia. La enseñanza es clara: no es negar el cuidado por las cosas necesarias o convenientes a la vida — alimento, bebida y vestido —, sino lo que se censura es el afán desorbitado por aquellas que impidan atender a las exigencias del reino. No se promete venir, milagrosamente, a proveer de sustento o cubrir así las necesidades de los hombres. Jesús al encontrarse sediento, pide agua a la Samaritana (Jn 4:7). Como también para usos y previsiones del grupo apostólico había una caja común de bienes (Jn 13:29).
4. ¿NO VALE ACASO MÁS LA VIDA QUE LA COMIDA Y EL CUERPO MÁS QUE EL VESTIDO?
Pero las enseñanzas indican que hay Providencia. ¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido? …..Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en graneros y, sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta .,,,,,,.. Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer. Se prolonga la vida, y, sin embargo, Dios alimenta las aves, viste los lirios y prolonga la vida del hombre. ¿No hará mucho más Dios con nosotros? ¡Cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! El Padre sabe de lo que hay necesidad, por eso Jesús nos dice: El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Hay que pensar primero en buscar el Reino, cumplir sus exigencias, y Dios proveerá por mil medios al desarrollo de la vida, pues cuida del hombre.
5. ¡HAY PROVIDENCIA SOBRE LA VIDA!
La gran lección, después de buscar primero el reino y su justicia es ésta: ¡Hay providencia sobre la vida! La providencia de Dios, que ¡existe! y la enunciación son de sabiduría, y habla del suceder normal y según la naturaleza de las cosas. Los que no tienen fe -- Son los paganos los que van detrás de estas cosas-- se preocupan por todas las cosas de la vida, porque no conocen la providencia de Dios, nuestro Padre.
¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede añadir un solo instante al tiempo de su vida? De aquí que esta palabra hay que interpretarla de edad, un tiempo que se añadiese a una vida no es en realidad, nada, el salmista dice hablando de la vida del hombre: Has reducido a palmos mis días (Sal 39:6). Y un palmo, como medida metafórica, añadido a la vida de un hombre no sería nada.
6. BUSQUEN PRIMERO EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA
Dice el Señor: Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, esto comprende todas aquellas cosa que son justas, todas esas obras que hace que nuestra vida sea justa con la justicia de los evangelios, justas a los ojos de Dios. Eso es lo que debemos buscar y practicar, así podremos instaurar el Reino en nuestras vidas. Luego Jesús nos dice que todo lo demás se les dará por añadidura.
7. NO TE PREOCUPES POR LA INQUIETUD DE MAÑANA
No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción.
En el Talmud se lee: No te preocupes por la inquietud de mañana, porque tú no sabes lo que el día traerá, como para indicar la inutilidad de adelantarse a lo incierto, que indica que, con preocupaciones, no se alarga un instante la vida. Hasta por utilidad, evítese lo inevitable. Pero no por simple utilitarismo. Encuadrado el versículo en este fragmento de la Providencia, la sentencia cobra una nueva perspectiva. No te preocupes afanosamente, desorbitadamente, por los cuidados del mañana, que ni conoces y acaso ni puedes evitar; y formulado todo ello sabiamente. Pero confía en Dios, porque ¡hay Providencia!
8. EL PADRE QUE ESTÁ EN EL CIELO SABE BIEN QUE USTEDES LAS NECESITAN
Tengamos fe en la Providencia de Dios, ciertamente como nos dice Jesús, nosotros para el Señor valemos mucho mas que los pájaros y todas las cosas que El ya se preocupa, nuestra vida vale mucho mas que las cosas materiales. Jesús nos enseña que - El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan -
Cristo Jesús viva en sus corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant

QUIEN ES SIERVO DE LAS RIQUEZAS QUEDA PRISIONERO DE ELLAS
«Una cosa es poseer riquezas y otra ser siervo de las mismas», señala Juan Crisóstomo. «Quien es siervo de las riquezas queda prisionero de ellas; quien se ha sacudido el yugo de esta servidumbre las distribuye como hace un dueño» (Jerónimo). El Señor quiere que nos abandonemos confiados a su providencia y «si bien nos prohíbe pensar en el futuro» al precio del afán, «nos permite, ciertamente, pensar en el presente», y «si nos promete los grandes bienes, no dejará de asegurarnos los inferiores» (Jerónimo). Más aún, Jesús nos garantiza que estos últimos nos serán dados por añadidura, con tal que dediquemos todas nuestras fuerzas a la consecución del Reino. Por eso se nos ha dicho que lo busquemos ante todo. El Reino, a continuación, es el mismo Cristo, a quien acogemos en la eucaristía, en la que «se contiene todo el bien espiritual de la Iglesia» (Presbyterorum ordinis, 5). «Desde el mismo momento en que se dice «Dios os dará lo demás», se distingue entre lo que se da y lo que se añade. Nuestra aspiración debe dirigirse, en efecto, hacia las realidades eternas, mientras que las temporales nos son dadas para nuestras necesidades. Estas últimas nos son dadas, mientras que las primeras serán añadidas de manera sobreabundante. Sin embargo, se da con frecuencia que los hombres piden bienes temporales y no buscan los premios eternos. Piden muchas cosas añadidas, pero no las buscan allí donde nos serán dadas» (Gregorio Magno).
Hago emerger los afanes y solicitudes que se agitan en mi ánimo. ¿Cuáles son sus motivaciones (siempre pueden ser reducidas al orgullo)? ¿Cuáles resultan devastadoras para mí y para los otros?
ORACION
Señor Jesucristo, concédeme no atesorar en la tierra recompensas terrenas, sino hazme buscar en el cielo los merecidos premios. Y puesto que nadie puede servir a dos amos, dado que ambos servicios se excluirían recíprocamente, libérame del dominio y de la servidumbre del mundo, de la carne y del demonio, de suerte que pueda dirigir la mirada a la contemplación de las cosas celestiales. Añade a mi «estatura» natural un «codo» de gracia en la vida presente y de gloria en la futura. Haz que atienda a los lirios del campo, los fieles de la Iglesia revestidos con el candor de las virtudes, en vez de mirar a la maleza de los ricos del mundo que será echada al horno de la Gehena. Concédeme buscar ante todo el Reino de Dios y su justicia, de modo que, a través de una práctica virtuosa en el mundo presente, alcance el Reino celestial. Amén (Landulfo de Sajonia).
  

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