Al nombre de Jesús doble la rodilla todo cuanto hay en el cielo, en la tierra y en los abismos, y toda lengua proclame para gloria de Dios Padre: Jesucristo es el Señor.
ORACIÓN COLECTA
Señor, que para propagar más la gloria de tu nombre suscitaste en tu Iglesia a san Ignacio; concédenos que, con su ayuda y a ejemplo suyo luchemos en la tierra, para que merezcamos compartir su triunfo en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA Jer 26, 11-15. 24
Lectura del libro de Jeremías.
Los sacerdotes y los profetas dijeron a los jefes y a todo el pueblo: «Jeremías es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad, como ustedes lo han escuchado con sus propios oídos». Pero Jeremías dijo a los jefes y a todo el pueblo: «El Señor es el que me envió a profetizar contra esta Casa y contra esta ciudad todas las palabras que ustedes han oído. Y ahora, enmienden su conducta y sus acciones, y escuchen la voz del Señor, su Dios, y el Señor se arrepentirá del mal con que los ha ame-nazado. En cuanto a mí, hagan conmigo lo que les parezca bueno y justo. Pero sepan que si ustedes me hacen morir, arrojan sangre inocente sobre ustedes mismos, sobre esta ciudad y sobre sus habitantes. Porque verdaderamente el Señor me ha enviado a ustedes para decirles todas estas palabras». Ajicám, hijo de Safán, protegió a Jeremías e impidió que fuera entregado en manos del pueblo para ser ejecutado.
Palabra de Dios.
Comentario
Los falsos profetas y sacerdotes no soportan que haya una voz distinta, como la de Jeremías, que no aprueba su modo de obrar y denuncia los abusos del poder político y religioso, cuando callan ante los sufrimientos del pueblo por defender sus intereses.
SALMO Sal 68, 15-16. 30-31. 33-34
R. ¡Respóndeme, Dios mío, por tu gran amor!
Sácame del lodo para que no me hunda, líbrame de los que me odian y de las aguas profundas; que no me arrastre la corriente, que no me trague el Abismo, que el Pozo no se cierre sobre mí.R.
Yo soy un pobre desdichado, Dios mío, que tu ayuda me proteja: así alabaré con cantos el nombre de Dios, y proclamaré su grandeza dando gracias.R.
Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor: porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos. R.
ALELUYA Mt 5, 10
Aleluya. Felices los que son perseguidos por practicar la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluya.
EVANGELIO Mt 14, 1-12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
La fama de Jesús llegó a oídos del tetrarca Herodes, y él dijo a sus allegados: «Éste es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos, y por eso se manifiestan en él poderes milagrosos». Herodes, en efecto, había hecho arrestar, encadenar y encarcelar a Juan, a causa de Herodías, la mujer de su hermano Felipe, porque Juan le decía: «No te es lícito tenerla». Herodes quería matarlo, pero tenía miedo del pueblo, que consideraba a Juan un profeta. El día en que Herodes festejaba su cumpleaños, su hija, también llamada Herodías, bailó en público, y le agradó tanto a Herodes que prometió bajo juramento darle lo que pidiera. Instigada por su madre, ella dijo: «Tráeme aquí sobre una bandeja la cabeza de Juan el Bautista». El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por los convidados, ordenó que se la dieran y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Su cabeza fue llevada sobre una bandeja y entregada a la joven, y ésta la presentó a su madre. Los discípulos de Juan recogieron el cadáver, lo sepultaron y después fueron a informar a Jesús.
Palabra del Señor.
Comentario
La muerte de Juan Bautista es la muerte de un profeta. Herodes, como tantos otros dirigentes en el pasado, no soporta las denuncias de Juan, y prefiere darle muerte antes que perder algo de su prestigio o poder. De igual forma, la presencia de Jesús es perturbadora para Herodes, por ser la voz de todos los profetas que siguen clamando justicia.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, te pedimos que aceptes estos dones recibidos de tu generosidad, y por la acción poderosa de tu gracia haz que estos sagrados misterios santifiquen nuestra vida presente y nos conduzcan a los gozos eternos. Por Jesucristo nuestro Señor.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, sean de tu agrado los dones que te ofrecemos en la conmemoración de san Ignacio, y concédenos que estos misterios, fuente de toda santidad, también nos santifiquen de verdad. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 12, 49
Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, el sacrificio de alabanza que hemos ofrecido para darte gracias en la conmemoración de san Ignacio, nos conduzca a la alabanza eterna de tu gloria. Por Jesucristo nuestro Señor.
REFLEXIÓN BÍBLICA
“Éste es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos”
San Mateo 14, 1-12
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. ÉSTE ES JUAN EL BAUTISTA; HA RESUCITADO DE ENTRE LOS MUERTOS
Este relato nos cuenta el modo cómo Juan Bautista fue víctima de la prepotencia del gobierno de Herodes. Juan Bautista, fue condenado a muerte sin proceso, todo por un capricho nacido de banquete del rey con sus amigotes. Si bien este relato no tiene en si una enseñanza directa del Señor, nos informa sobre la manera en que los poderosos de aquel tiempo ejercían el poder.
Éste es Juan el Bautista; ha resucitado de entre los muertos. De esta forma, el relato nos habla de cual era la opinión de Herodes respecto a Jesús. El intentaba concebir a Jesús desde los miedos que le asaltaban después del horrible asesinato de Juan. El era un rey supersticioso que escondía el miedo detrás de la ostentación de su riqueza y de su poder.
2. ANTIPAS, HIJO DE HERODES EL GRANDE
El Herodes del que se habla en este fragmento del Evangelio, es Antipas, hijo de Herodes el Grande. En una ocasión, Herodes Antipas viajó a Roma y allí conoció Herodías, que era mujer de Filipo, hijo de Herodes el Grande. Y uniéndose la ambición en ella, que no soportaba la vida oculta de su marido, y la pasión en Antipas por Herodías, se acordó una unión ilegal y el llevar con ellos a la hija de Herodías, llamada Salomé. Para esto se puso como condición a Herodes repudiar a su mujer legítima.
Por aquel tiempo quien mandaba en esto territorios, era el Imperio Romano y Herodes procuraba agradar a Roma. Flavio José, historiador judío de aquel tiempo, narra que el motivo real de la prisión de Juan Bautista, era el miedo que Herodes tenía a un levantamiento popular. Herodes en todo era un tirano, a pesar que le gustaba aparentar ser un bienhechor del pueblo, (Lc 22,25).
3. EL ADULTERIO DE ANTIPAS IBA ABIERTAMENTE CONTRA LA LEY
La presencia de Antipas y Herodías, trajo el escándalo. El adulterio de Antipas iba abiertamente contra la Ley, que prohibía estas uniones incestuosas. La voz apostólica del Bautista sonó repetidas veces contra aquel adulterio. Antipas temía un levantamiento popular, pero también temía el gran prestigio del Bautista. En los manejos de primera hora contra el Bautista estaba ya Herodías, “que le odiaba y quería matarle, pero no podía” (Mc) por temor al pueblo.
4. TENÍA LA OBSESIÓN POR EL BAUTISTA
Este Antipas era un claro y agudo neurótico. Tenía la obsesión por el Bautista. Juan Bautista fue encarcelado, precisa Lucas, “por lo de Herodías y por todo lo malo que había hecho” Antipas, y que el Bautista censuraba.
La oportunidad para la muerte del Bautista fue bien calculada por Herodías. Llegó el día del cumpleaños de Herodes y se preparo un suntuoso banquete. En él bailó la hija de Herodías, Salomé. En la antigüedad semita no eran bailes de sociedad, sino representaciones coreográficas de situaciones, que, en principio, podían ser muy dignas Pero en este ambiente es muy fácil suponer la licencia. La escena agradó a todos, máxime en aquel ambiente, y Antipas, en la euforia del mismo, juró dar a Salomé lo que le pidiese. Salió a consultar con su madre, y ésta le manda pedir la cabeza del Bautista.
5. HERODES HABÍA ENCARCELADO A JUAN BAUTISTA
Porque Juan le decía “No te es lícito tenerla”, Herodes había encarcelado a Juan Bautista, con este encierro, Herodes hijo de quien mando a matar a los niños en Belén, quería acallar una verdad.
Nos preguntamos, ¿si sabemos una verdad, debemos callarla?, ¿callamos por temor, por vergüenza o por desidia?, Juan vio que la única forma de terminar con los malos hábitos y así seguir el camino de la verdad era decirla.
La denuncia de Juan contra Herodes fue la gota que hizo rebosar el vaso: "No te está permitido casarte con ella”. Y Juan fue puesto en la cárcel.
6. APARECE FUERTE LA VOZ APOSTÓLICA Y PROFÉTICA DE JUAN
Herodes le temía a Juan porque su voz estaba siendo escuchada por la gente y a su vez el pueblo le tenía temor a Herodes, por ser un hombre de represalias, en este ambiente aparece fuerte la voz apostólica y profética de Juan para denunciar y convertirse en la voz de los sin voz, pero quien sigue el camino de la verdad, siempre ha de estar dispuesto como lo hizo Juan a morir por ella.
7. LA ETERNA LUCHA DEL BIEN CONTRA EL MAL, ENFURECE A LOS MALIGNOS.
Hemos visto, y seguimos observando como hasta el día de hoy se repiten situaciones como la de Juan. El que se atreve contra un poderoso, el que sale en defensa de la injusticia o la opresión es encarcelado, o criticado por este. La eterna lucha del bien contra el mal, enfurece a los malignos.
Juan le puso en cara a Herodes su pecado y lo hace con energía y con entereza de espíritu, es así, como la palabra de Juan producía grandes remordimientos que incordiaban y molestaban su conciencia. De este modo para enmudecer a Juan, lo encarceló, pero nada pudo acallar su voz profética.
8. JUAN, COMO HOMBRE FIEL
Muchos por el amor a la verdad y por expresarlas libremente, dejaron a un lado los miedos al dolor físico, al hambre, a las injurias y calumnias e incluso a la muerte.
Juan, como hombre fiel, no se fijo en categorías para decir la verdad y empezó por la autoridad, nada acalló la denuncia de la inmoralidad y la injusticia.
En un valiente alarde de libertad evangélica; nada pudo acallar aquella voz denunciadora de la inmoralidad y la injusticia; Juan era profeta y hablaba como profeta y vivía como profeta y tuvo que morir profeta.
Cristo Jesús, vivan en nuestros corazones.
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
PARA LA LECTIO DIVINA
ESCUCHEMOS, HOY, LA VOZ DEL SEÑOR, QUE ES LA VOZ DE LA VERDAD.
En los discursos de despedida que siguieron a la Última cena, Jesús declaró: «Yo soy el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). Jesús es la verdad desconocida y combatida por los que se dejan instigar por aquel que es «mentiroso y padre de la mentira» (Jn 8,44). Ahora bien, el que sigue a éste no llega a la vida, sino a la muerte. Sin embargo, tiene tantos seguidores porque en este mundo el éxito de la elección parece producir un efecto contrario: los testigos de la verdad son aplastados, hechos callar, muertos en los lager (campos de concentración) de ayer y de hoy. Es una constante de la historia que estallan persecuciones allí donde hay alguien que dice de modo claro y comprensible, con su vida y con sus palabras, la verdad de Dios. La verdad es incómoda, del mismo modo que es incómodo el amor, porque implica la renuncia a nuestros propios intereses egoístas y pide la apertura al otro.
La Palabra del Señor, una vez más, nos sirve de espejo. ¿En qué rostro nos reconocemos? ¿En el de Jeremías y en el de Juan el Bautista? ¿O en el de los sacerdotes y en el de los profetas corruptos, o en los de Herodes y Herodías?... Escuchemos, hoy, la voz del Señor, que es la voz de la verdad.
ORACION
Perdona, Señor, mi poco coraje. Me siento muy semejante a tu apóstol Pedro, que, cuando le preguntaron si era de los tuyos, negó incluso conocerte. El miedo a perder la compañía de alguien o un mal entendido respeto humano me frenan a la hora de pronunciar las palabras, de realizar acciones coherentes con ese Evangelio que, sin embargo, deseo vivir. En ciertos lugares es motivo de vergüenza declararse cristiano.
Concédeme tu Espíritu de fortaleza: que yo me deje calentar el corazón y encuentre en ti una alegría más fuerte que cualquier miedo. Haz de mí también un testigo de la verdad que tú eres.
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