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viernes, 23 de julio de 2010

Viernes de la 16º Semana del Tiempo Ordinario . Ciclo C.


Misa
ANTÍFONA DE EN TRADA Sal 53, 6.8
Dios es mi ayuda, el Señor es mi verdadero sostén. Te ofreceré un sacrificio voluntario, daré gracias a tu nombre porque es bueno.
ORACIÓN COLECTA
Señor nuestro, mira con bondad a tus servidores y multiplica en nosotros los dones de tu gracia, para que, fervorosos en la fe, la esperanza y la caridad, perseveremos con asidua vigilancia en el cumplimiento de tus mandamientos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Jer 3, 14-17
Lectura del libro de Jeremías.
¡Vuelvan, hijos apóstatas –oráculo del Señor– porque Yo soy el dueño de ustedes! Yo los tomaré, a uno de una ciudad y a dos de una familia, y los conduciré a Sión. Después les daré pastores según mi corazón, que los apacentarán con ciencia y prudencia. Y cuando ustedes se hayan multiplicado y fructificado en el país, en aquellos días –oráculo del Señor– ya no se hablará más del Arca de la Alianza del Señor, ni se pensará más en ella; no se la recordará, ni se la echará de menos, ni se la volverá a fabricar. En aquel tiempo, se llamará a Jerusalén "Trono del Señor"; todas las naciones se reunirán en ella, y ya no seguirán más los impulsos de su corazón obstinado y perverso.
Palabra de Dios.
Comentario
Estas palabras fueron dichas por Jeremías después de la destrucción final de Jerusalén en el año 587, y contienen promesas de restauración. Fueron colocadas aquí en el libro para moderar la impresión pesimista que resulta de tantas condenaciones.
SALMO Jer 31, 10-12. 13
R. El Señor nos cuidará como un pastor.
¡Escuchen, naciones, la palabra del Señor, anúncienla en las costas más lejanas! Digan: «El que dispersó a Israel lo reunirá, y lo cuidará como un pastor a su rebaño». R.
Porque el Señor ha rescatado a Jacob, lo redimió de una mano más fuerte que él. Llegarán gritando de alegría a la altura de Sión, afluirán hacia los bienes del Señor. R.
Entonces la joven danzará alegremente, los jóvenes y los viejos se regocijarán; Yo cambiaré su duelo en alegría, los alegraré y los consolaré de su aflicción. R.
ALELUYA C fr. Lc 8, 15
Aleluya. Felices los que retienen la Palabra de Dios con un corazón bien dispuesto y dan fruto gracias a su constancia. Aleluya.
EVANGELIO Mt 13, 18-23
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: Escuchen lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: éste es el que recibió la semilla al borde del camino. El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe. El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Éste produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno.
Palabra del Señor.
Comentario
Parecería que el evangelio sólo lo pueden comprender aquellos que están comprometidos con su hermano. Ahora bien, es muy difícil saber quien vive este compromiso, quien hace algo por el prójimo en la línea del evangelio y quien es egoísta y piensa más en si mismo. Hemos pensado demasiado en la semilla y no en el campo. ¿Para qué terreno está adaptado el evangelio?
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Padre Santo, por el sacrificio único de tu Hijo llevaste a la perfección las ofrendas de la antigua ley; te pedimos que recibas la oblación de tus fieles y la santifiques como lo hiciste con la ofrenda de Abel, para que los dones presentados en honor de tu nombre sirvan para la salvación de todos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Apoc 3, 20
Dice el Señor: Yo estoy junto a la puerta y llamo; si alguien oye mi voz y me abre, entraré en su casa y cenaremos juntos.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Padre, ayuda con bondad a tu pueblo, que has alimentado con los sacramentos celestiales; concédele apartarse del pecado y comenzar una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.

REFLEXIÓN BÍBLICA
“El significado de la parábola del sembrador”
San Mateo 13, 18- 23
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1. REUNIDOS PARA ESCUCHAR A JESUS
Los discípulos se reúnen para escuchar al Maestro y él les presenta la parábola del sembrador. Jesús comenta sobre el rendimiento de una semilla que cae a lo largo del camino. El producto de la semilla dependerá de tipo de suelo donde ésta se siembre y para ello se refiere a tres tipos distintos de terreno, pedregosos, entre espinos y tierra buena. En los dos primero suelos, no produce nada, sin embargo si cae en tierra buena, dará muchos frutos, su rendimiento será excelente, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta”
2. LA PALABRA, ES COMO UNA SEMILLA
A pesar de los problemas que tiene la semilla llega a la cosecha, a pesar de las múltiples dificultades por las que ha de pasar la Palabra del Señor, igualmente el reino llegará a su meta, a pesar de las dificultades y contrariedades que se le opongan al Sembrador, siempre habrá una tierra buena donde la siembra rendirá sus frutos.
La Palabra, es como una semilla, el acoger la palabra de Jesús es lo que distingue a los discípulos de los que nos son capaces de oir. La fe de los primeros revela la ceguera de los segundos y los empuja a buscar más allá de la parábola.
3. ESCUCHEN USTEDES LO QUE SIGNIFICA LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR.
El mismo Jesús se encarga de explicarles a sus discípulos el significado de ésta parábola y lo hace con cuatro tipos de oyentes de la Palabra de Dios. Es así como nos explica que hay tres tipos de personas que no logran entenderla, aunque la escuchen. A uno de ellos el Maligno se la arrebata desde el mismo corazón, a otro aunque la acepta con alegría, la inconstancia no le deja que ésta fructifique, más aún ante cualquier dificultad todo lo que había recibido se le extingue, luego un tercer tipo de persona que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo material ahogan esta semilla de espiritualidad, la seducción de las riquezas la asfixian.
4. LO SEMBRADO SOBRE TERRENO PEDREGOSO
Lo sembrado en terreno pedregoso se pierde. Al tener poca tierra, sin raíces profundas, el sol la secó. Somos un terreno pedregoso si aceptamos la palabra sin profundizarla y cuando nos vienen las dificultades lo dejamos todo. Pero también es necesario destacar que muchos jóvenes en sus escuelas reciben inicialmente su formación religiosa, muchos niños asisten a catecismo a fin de preparase para su primera comunión o para la confirmación, y se saben ciertas cosa que repiten y poco sienten, porque no les hemos enseñado a valorar lo que han recibido, y no profundizan las enseñanzas porque les hemos dejado permisivamente que le den mas importancia a otros valores que no son de nuestra fe, no es como dicen algunos por falta de edad madura, porque los retoños se deben cuidar y regar para crezcan fuertes y si no se hace así, seguro que se secaran antes de crecer.
5. LO SEMBRADO ENTRE LOS ESPINOS
La semilla que cae entre las espinas, se ahoga, las espinas la asfixian. Quizá la tierra era fecunda y profunda, en ella la semilla podía haber germinado, sin embargo, también se secó. Las preocupaciones de la vida y la seducción de las riquezas, la sofocan. Es decir, si tenemos mucho que dejar para poder ser cristianos: riquezas, criterios de clase, placeres, posición social, por estos motivos nos apresuramos a ahogar la simiente, ¿por qué? por miedo a las complicaciones que podrían ocasionarnos. ¿Están los que pretenden engañarse compaginando los valores de Dios con los que representa el dinero?, ¿Están los que los que suelen gozar de buena reputación y gustan de ocupar puestos preferentes en la Iglesia. ¿Estamos nosotros dentro de estos?
6. LO SEMBRADO EN TIERRA BUENA
Sin embargo, hay un tipo de persona distinta y es como la tierra fértil, escucha la Palabra y la comprende, esta dispuesta y produce fruto abundante. Lo sembrado en buena tierra, da los frutos esperados. Esto nos representa si hemos escuchado, entendido plenamente y hemos puesto en práctica lo enseñado en la Palabra. La buena tierra esta en el corazón de los hombres y si la semilla echa raíces dentro del corazón humano podremos hacer frente a las dificultades que han de llegar inevitablemente.
No tengamos dudas, Jesús vino a nosotros a sembrar la semilla de la Palabra de Dios y la vino a colocar en nuestro corazón.
En efecto, el mejor lugar para recibir la Palabra es el corazón, ¿tenemos otra opción para atesorarla?, ese en ese lugar donde habita el amor, es allí donde Jesús nos quiere depositar sus enseñanzas, y si no tenemos disposición a recibirla en ese lugar, es cuando el maligno la arrebata.
Pero además, Jesús nos pide que nosotros seamos buenos sembradores, El espera que nos encarguemos de llevar la semilla evangélica a todo lugar, es decir que repartamos con generosidad la semilla. Dependerá de nosotros cuanto produzca 100, 60 o 30 por ciento de efectividad.
Cristo Jesús viva en sus corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
PARA LA LECTIO DIVINA
¡VUELVE! ¡CONVIÉRTETE!.
La Palabra del Señor nos invita hoy, con la imagen de los diferentes terrenos, a reconocer nuestra disponibilidad para acogerla. A la constatación de la presencia de obstáculos que impiden la obtención de un fruto abundante le sale al encuentro la llamada suave, pero insistente: “¡Vuelve! ¡Conviértete!”. Allí donde nos encontremos, en cualquier lugar donde -tal vez- nos hayamos perdido, allí mismo somos buscados, porque interesamos profundamente a ese Dios que nos ama hasta tal punto que nos renueva el don de la vida cada día y que no nos quita la posibilidad de ser sus amigos, ni siquiera cuando nosotros mismos le decimos, de palabra o con hechos, que no queremos saber nada de él. Volver parece una derrota, una experiencia humillante; sin embargo, es el preludio de una sinfonía de vida verdadera, capaz de satisfacer los deseos más profundos e inexpresados.
Dios, nuestro Padre, continúa velando a la puerta de casa para captar la primera señal del regreso de su hijo, de cada uno de nosotros. Nuestra respuesta a la Palabra nace del dejarnos interpelar por la pregunta, como si nos la dirigiera el Señor: “Sea cual sea el "terreno" en el que reconoces estar, ¿quieres volver a mí?”.
ORACION
Gracias, Señor, por hacerme volver a ti. Tu voz, que con tanta suavidad me dice: “¡Vuelve!”, me hace sentir todo el amor que me tienes, tu espera, tu deseo de mí. Tú me deseas más a mí que yo a ti. Si me alejo de ti, tú continúas buscándome; si no escucho tu voz, tú continúas esparciendo como semilla tu Palabra, de manera abundante. Si dejo caer tu invitación en la nada, tú me la renuevas cada día; más aún, en cada instante.
Gracias, Señor, por tu fidelidad. Me hace bien saber que eres así, no para alargar el tiempo de mi retorno sosegándome según mi conveniencia, sino para no desanimarme cuando me dé cuenta de que sigo preso en condicionamientos interiores y exteriores de los que todavía no me he liberado.
Gracias, Dios fiel, por continuar pronunciando tu Palabra para mí. Con la fuerza y el apoyo de tu Espíritu sé que puedo caminar por el camino de la conversión, del retorno a la verdadera casa tuya y mía. Y escuchar en ella tu voz con el corazón desembarazado de todo lo que hasta ahora me ha bloqueado para vivir como hijo, para llamarte y sentirte como eres: mi padre. Ahora comprendo, Dios mío, que ése es el fruto que puedo dar y que tú esperas de mí.

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