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jueves, 24 de junio de 2010

Semana XII del Tiempo Ordinario, jueves, Nacimiento de san Juan Bautista. Ciclo C.


Misa y reflexión



Gloria. Credo. Prefacio propio.
ANTÍFONA DE ENTRADA Jn 1, 6-7; Lc 1, 17
Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso, que enviaste a san Juan Bautista para prepararle a Cristo, el Señor, un pueblo bien dispuesto; concede a tu Iglesia la gracia de la alegría espiritual y dirige los corazones de todos los fieles por el camino de la salvación y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA Is 49, 1-6
Lectura del libro de Isaías.
¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el vientre materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre. Él hizo de mi boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una flecha punzante, me escondió en su aljaba. Él me dijo: “tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré”. Pero yo dije: “En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza”. Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios. Y ahora, ha hablado el Señor, el que me formó desde el vientre materno para que yo sea su Servidor, para hacer que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza. Él dice: “Es demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y hacer volver a los sobrevivientes de Israel; Yo te destino a ser la luz de las naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
El recuerdo del nacimiento providencial de Juan y su compromiso con la verdad y la Ley, hacen que este oráculo sea aplicado a su persona. Juan, como todo profeta, ha sido llamado desde el seno materno, y su misión es convertir el corazón del pueblo y anunciar la salvación que llega.
SALMO Sal 138, 1-3. 13-15
R. Te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable.
Señor, tú me sondeas y me conoces, tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares. R.
Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el vientre de mi madre: Te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras! R.
Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto, cuando era tejido en lo profundo de la tierra. R.
SEGUNDA LECTURA Hech 13, 22-26
Lectura de los Hechos de los Apóstoles.
En la sinagoga de Antioquía de Pisidia, Pablo decía: “Dios suscitó para nuestros padres como rey a David, de quien dio este testimonio: «He encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón, que cumplirá siempre mi voluntad». De la descendencia de David, como lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel un Salvador, que es Jesús. Como preparación a su venida, Juan Bautista había predicado un bautismo de penitencia a todo el pueblo de Israel; y al final de su carrera, Juan Bautista decía: «Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de mí viene Aquél a quien yo no soy digno de desatar las sandalias». Hermanos, este mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y los que temen a Dios”.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La vida de Juan está acompañada con el testimonio de su palabra. Pero su grandeza no consiste en haber sido un gran asceta, sino en la misión de anunciar y mostrar a Jesús.
ALELUYA Cfr. Lc 1, 76
Aleluya. Tú, niño, serás llamado Profeta del Altísimo; irás delante del Señor preparando sus caminos. Aleluya.
EVANGELIO Lc 1, 57-66. 80
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: “No, debe llamarse Juan” . Ellos le decían: “No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre”. Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Éste pidió una pizarra y escribió: “Su nombre es Juan”. Todos quedaron admirados, y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: “¿Qué llegará a ser este niño?”. Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Como ocurre en todo nacimiento, también el de este niño provoca alegría en los vecinos y parientes. Juan significa “Dios hace la gracia” o “Dios hace la misericordia”, por eso su nacimiento es una expresión más de la gracia de Dios que llega para salvar a su pueblo.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, hemos depositado nuestras ofrendas sobre el altar con el deseo de celebrar dignamente el nacimiento de san Juan Bautista, que anunció la venida y señaló la presencia del Salvador del mundo, nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
PREFACIO
La misión de Juan Bautista
V/. El Señor esté con ustedes.
R/. Y con tu espíritu.
V/. Levantemos el corazón.
R/. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V/. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R/. Es justo y necesario.
Realmente es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Jesucristo, Señor nuestro.
Hoy alabamos tu grandeza manifestada en san Juan, el Precursor de Jesús, a quien consagraste con el honor más insigne entre todos los hombres. Él, cuyo nacimiento fue motivo de inmensa alegría, aún antes de nacer saltó de gozo en el seno de su madre ante la proximidad de la salvación.
Fue el único profeta que mostró al Cordero de nuestra redención. Más aún, lavó al mismo autor del bautismo, fuente de agua viva para los que han de ser santificados, y mereció dar el supremo testimonio de Cristo, derramando su sangre por él.
Por eso, con los coros celestiales, te alabamos constantemente en la tierra, aclamando sin cesar tu grandeza:
Santo, santo, santo...
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Lc 1, 78
Gracias a la misericordiosa ternura de nuestro Dios, nos traerá del cielo la visita del Sol naciente.
ORACIÓN DESPUES DE LA COMUNIÓN
Señor, renovados en el banquete del Cordero celestial, te pedimos que tu Iglesia, gozosa por el nacimiento de Juan Bautista, reconozca en aquél cuya venida anunció, al autor de su salvación. Que vive y reina por los siglos de los siglos.
REFLEXIÓN BÍBLICA
“¿Qué llegará a ser este niño?”.
Lc 1, 57-66.80
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
1.     CUANDO LLEGÓ EL TIEMPO EN QUE ISABEL DEBÍA SER MADRE, DIO A LUZ UN HIJO….
Observamos en este fragmento del Evangelio según san Lucas, una narración muy sencilla y sobria, resumida en una sola frase; Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Este nacimiento fue un acontecimiento, por esa razón los amigos y familiares de Isabel y Zacarías, se alegraban. Las congratulaciones eran por la bendición que recibió Isabel, quien de ser estéril, paso a ser madre.
2.     A LOS OCHO DÍAS, SE REUNIERON PARA CIRCUNCIDAR AL NIÑO.
Al octavo día, como era tradicional se hacia la circuncisión, rito por que un judío se incorporaba a Israel. Además, en esta reunión familiar, se le pondría nombre al recién nacido. La costumbre era poner el nombre de los abuelos, no era muy habitual ponerle el nombre del padre. Sin embargo, como Zacarías era de edad avanzada, le querían poner su nombre.
3.     ISABEL, PROPONE QUE EL NIÑO SE LLAME JUAN
Sin embargo a los familiares y amigos, les parece extraño, ya que nadie en la familia se llama así. Zacarías, se encontraba mudo y sordo, y le preguntaron por señas que nombre quería para su hijo, luego de escribir en una pizarra Zacarías recupero el habla. Este suceso, causo un gran impacto, entonces por toda la región de Judea se comentaba sobre los destinos providenciales de este niño. Juan Bautista había sido concebido en una vejez estéril y acompaño su nacimiento con prodigios.
Una vez escrito esto, Zacarías rompió el silencio, con razón se activo en seguida su lengua, era absurdo que siguiera así después, no era el quien le ponía el nombre, sino que ya lo había recibido de Dios. Sus labios estaban cerrados por la incredulidad, ahora debía ser abierto por la fe.
4.     ABRE SUS LABIOS PARA BENDECIR AL SEÑOR
La sordera y la mudez espiritual, en muchas ocasiones van de la mano, esto es, cuando estamos incapacitados de oír a Dios, también nos incapacitamos para hablar con El.
Ahora, la dormida lengua de Zacarías, se despierta y se activa, y abre sus labios para bendecir al Señor por el hijo que le dio. El nacimiento de Juan, fue para ellos una gran bendición de Dios.
Nosotros, tenemos también muchos motivos para bendecir al Señor, el nos bendice con su gracia en todo instante, con gran cariño y mucha bondad. La mano de Dios, es nuestra protección, allí estuvo con Zacarías, Isabel y Juan, hoy esta con nosotros.
5.     ¿Qué LLEGARA A SER ESTE NIÑO?
Dios, continuamente nos esta hablando y, esta esperando nuestra respuesta, nuestra fe en EL. Es importante oírlo y responderle. Oímos la Palabra de Dios y respondemos con la oración.
Este fragmento del Evangelio de San Lucas, nos invita a no perder las esperanzas, nos estimula a tener fe también, y nos enseña que nuestros labios no se deben enmudecer ante la incredulidad, tal como lo hizo Zacarías, para bendecir a Dios, tenemos motivos suficientes para alabar al Señor, la mano de El, nos bendice con su gracia, abramos los labios para cantar alabanzas y dar gracias al Señor.
San Lucas nos dice en este fragmento; Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: ¿Qué llegará a ser este niño? Porque la mano del Señor estaba con él.
6.     LA MISIÓN DEL BAUTISTA ERA PREPARAR LA VENIDA DEL MESÍAS
Juan Bautista, es El Precursor del Mesías. — Zacarías, dirigiendo el pensamiento a su hijo, le anuncia lo que va a ser, conforme el ángel le dijo en el templo. Será llamado, con lo que se indicaba lo que se es y el reconocimiento en que todos le tendrán, profeta del Altísimo. El Bautista tan profeta fue del Altísimo, nombre con que los gentiles conocían al Dios de Israel, que lo presentará a Israel. Por eso, irás delante del Señor. Esto hace ver que el evangelista presenta a Cristo como Dios.
La misión del Bautista era preparar la venida del Mesías, logrando un pueblo dispuesto a recibirle. Esto es lo que dirá en su predicación en el desierto: convertíos. Por eso, su misión es enseñar la ciencia de la salud a su pueblo, para la remisión de sus pecados. Es la preparación espiritual del pueblo para recibir al Mesías en su mesianismo espiritual.
Todo ello es obra de la misericordia de Dios. Del cielo nos visitará: Oriens ex alto es el Mesías en la literatura rabínica. El viene del cielo, como san Lucas narró antes, en la encarnación. Su misión es iluminar con la luz de la verdad a los que están sentados en tinieblas y sombras de muerte (Is 9:2). A su luz se podrá caminar verdaderamente por el camino de la paz.
7.     EL NIÑO IBA CRECIENDO Y SE FORTALECÍA EN SU ESPÍRITU.
Ya niño, no sólo crecía físicamente, sino que se fortalecía en la vida de austeridad y penitencia en los desiertos, hasta el día de su manifestación a Israel. El evangelista cierra el pasaje preparando la escena del Bautista en su acción de Precursor en el desierto o en lugares desiertos. Naturalmente el niño no pudo ir al desierto hasta una edad oportuna, ni se lo presenta en él morando, de pastor, como Amos, sino que se lo sitúa en él como en lugar de preparación, para su misión. La frase --- vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel ---- supone su ausencia del culto del Templo y sinagogas. El fortalecerse en espíritu en el desierto, ha de entenderse de una vida de tipo monacal/solitaria, en este contexto desértico puede haber llevado una vida cenobítica, donde la oración ocupa un lugar principal. Juan Bautista, se preparó para cumplir su misión, pasando varios años de soledad, con una vida austera. En el recogimiento de la oración, es donde mejor nos encontramos con Dios.
La Paz de Cristo
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
PARA LA LECTIO DIVINA  (3)
Entonces le preguntaron por señas”.
Si leemos con detención este Evangelio de Lucas, nos damos cuenta que Zacarías, el padre de Juan el Bautista, no solo estaba mudo, también debería haber estado sordo, ya que: Entonces le preguntaron por señas”. Por lo demás, por lo general la sordera y la mudez siempre van juntas. Si estos dos defectos son de índole  espiritual, se puede estar sordo a las inspiraciones que vienen de Dios y mudo con El, es decir inhabilitado para hablar con Dios.
“Y en ese mismo momento recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.”
Sin embargo, la lengua de Zacarías deja de estar muda y se abre para bendecir a Dios. Y todos estaban felices, familiares y amigos, es especial la madre Isabel por el hijo que Dios les había concedido, lo que para ellos era una verdadera bendición de Dios.
Zacarías ya puede hablar y bendice al Señor por el hijo que le ha dado; ¿Cuántos motivos tenemos para alabar y bendecir al Señor? Dios nos está  bendiciendo siempre con su gracia, ¿es motivo esto agradecer al Señor su gran bondad para con nosotros?.
Porque la mano del Señor estaba con él.
La mano del Señor protegía en todo  a Juan, para protegerlo y guiarlo hasta llegar a ser “El Precursor del Mesías”. Del mismo modo, Dios también está nosotros y quiere estar con nosotros, nos bendice y nos protege. La mano de Dios está con nosotros cada día en los momentos más decisivos y en los momentos sencillos. Por todo esto tenemos muchos motivos para alabar y bendecir al Señor.
Dios habla al hombre, exige y espera de éste que le responda
Dios habla de continuo con nosotros y quiere que le escuchemos. Dios nos habla con la lectura de la Palabra de Dios y también nos exige y espera de que le respondamos con la oración.
ORACION
Oh Dios de nuestros padres, Tú nos llamas a ser voz: Concédenos reconocer la única Palabra, reconocer la única Palabra de vida eterna, para que anunciemos esta sola Verdad a los hermanos.
Oh Dios de nuestros padres, Tú nos llamas a ser el amigo del Esposo: hazme solícito a preparar los corazones de los hombres, para que estén bien dispuestos a acogerlos.
Oh Dios de nuestros padres, Tú nos llamas a señalar el Cordero de Dios a los hombres: haz que nunca me ponga sobre él, sino que él crezca y yo mengue.


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