El Señor es la fuerza de su pueblo, es el baluarte de salvación para su Ungido. Señor, salva a tu pueblo y bendice tu herencia; apaciéntalo y sé su guía para siempre.
ORACIÓN COLECTA
Señor, te pedimos la gracia de venerar y amar siempre tu santo nombre, ya que tu providencia nunca abandona a los que estableces en el sólido fundamento de tu amor. Por nuestro Señor Jesucristo.
LECTURA 2Rey 22, 8.10-13; 23, 1-3
Lectura del segundo libro de los Reyes.
El sumo sacerdote Jilquías dijo al secretario Safán: “He encontrado el libro de la Ley en la Casa del Señor”. Jilquías entregó el libro a Safán, y éste lo leyó. Luego el secretario Safán anunció al rey: “Jilquías, el sacerdote, me ha dado un libro”, y Safán lo leyó delante del rey. Cuando el rey oyó las palabras del libro de la Ley , rasgó sus vestiduras, y dio esta orden a Jilquías, el sacerdote, a Ajicám, hijo de Safán, a Acbor, hijo de Miqueas, a Safán, el secretario, y a Asaías, el servidor del rey: “Vayan a consultar al Señor por mí, por todo el pueblo y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que ha sido encontrado. Porque es grande el furor del Señor que se ha encendido contra nosotros, ya que nuestros padres no han obedecido a las palabras de este libro y no han obrado conforme a todo lo que está escrito en él”. El rey mandó que se reunieran junto a él todos los ancianos de Judá y de Jerusalén. Luego subió a la Casa del Señor, acompañado de todos los hombres de Judá y de todos los habitantes de Jerusalén –los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño al más grande–, y les leyó todas las palabras del libro de la Alianza , que había sido hallado en la Casa del Señor. Después, de pie sobre el estrado, el rey selló delante del Señor la alianza que obliga a seguir al Señor y a observar sus mandamientos, sus testimonios y sus preceptos, de todo corazón y con toda el alma, cumpliendo las palabras de esta alianza escritas en aquel libro, y todo el pueblo se comprometió en la alianza.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
Durante el reinado de Josías se encuentra el Libro de la Ley. A partir de ese momento, comenzará una reforma religiosa que incluirá una renovación espiritual de todo el pueblo.
SALMO Sal 118, 33-36. 39-40
R. ¡Muéstrame el camino de tus preceptos, Señor!
Muéstrame, Señor, el camino de tus preceptos, y yo los cumpliré a la perfección. Instrúyeme, para que observe tu ley y la cumpla de todo corazón. R.
Condúceme por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo puesta mi alegría. Inclina mi corazón hacia tus prescripciones y no hacia la codicia. R.
Aparta de mí el oprobio que temo, porque tus juicios son benignos. Yo deseo tus mandamientos: vivifícame por tu justicia. R.
ALELUYA Jn 15, 4. 5
Aleluya. “Permanezcan en mí, como Yo permanezco en ustedes. El que permanece en mí da mucho fruto”, dice el Señor. Aleluya.
EVANGELIO Mt 7, 15-20
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Los falsos profetas fueron en el Antiguo Testamento la pesadilla de los auténticos profetas, así como los falsos doctores lo fueron en las primeras comunidades cristianas. De ahí que Jesús aplica entre sus discípulos la expresión “por los frutos los reconocerán”.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Señor, recibe el sacrificio de reconciliación y de alabanza, y concédenos que, purificados por su eficacia, te ofrezcamos el afecto de nuestro corazón. Por Jesucristo nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Sal 144, 15
Señor, los ojos de todos esperan en ti, y tú les das la comida a su tiempo.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Señor, renovados con el alimento del sagrado cuerpo y la preciosa sangre, imploramos tu misericordia para que, lo que piadosamente hemos celebrado, lo alcancemos en la plenitud de la redención. Por Jesucristo nuestro Señor.
REFLEXIÓN BÍBLICA
“Tengan cuidado de los falsos profetas”
Mt 7, 15-20
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
Jesús dijo a sus discípulos: Tengan cuidado de los falsos profetas, Al peligro del camino ancho con senda a la perdición, puede unírsele aquí el peligro que para lo mismo aportan los falsos profetas. El falso profeta o profeta de mentira era conocido en la vieja historia de Israel. Siempre la ambición, el falso celo o la enfermedad hizo surgir este tipo de personas. Jesús hablará y profetizará varias veces la presencia de estos falsos que pretenden de seducir al pueblo.
Esto toca de algún modo a los fariseos en su momento histórico. Aunque estos no eran profetas. La aparente austeridad externa de su vida, aunque fuesen sepulcros blanqueados, había hecho de ellos los rectores espirituales del pueblo. Pero los fariseos eran los grandes enemigos de Jesús y su doctrina, hasta el punto de anular con sus tradiciones el precepto de Dios (Mc 7:9) en su lucha antimesiánica contra el reino de Jesús. Ni entraban (ellos) ni permitían entrar a los que querían entrar (San Mateo 23:23). Eran guías ciegos que llevaban al pueblo al abismo (San Mateo 15:14). Más para su valoración da un control de exactitud: los frutos. De los fariseos dice Jesús: No los imitéis en las obras, porque ellos dicen y no hacen (San Mateo 23:3).
San Mateo inserta luego una sentencia que fue utilizada por él en la predicación del Bautista: Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Estas formas pasivas — es cortado y es arrojado — tienen por sujeto de actuación a Dios, según el uso frecuente de las mismas en la literatura rabínica.
El sentido histórico de este pasaje son los fariseos. Pero posiblemente incorpora estas sentencias con un sentido histórico también a causa de un fenómeno religioso contemporáneo de la composición de los evangelios: los judaizantes y la infiltración y desconcierto que producían en la Iglesia primitiva los herejes. Esto es típico de la literatura del evangelio de San Mateo y expresa siempre un aviso para ponerse en guardia contra las desviaciones religiosas, y característico también para expresar sus preocupaciones eclesiales, incluso por su terminología comparada, por gentes surgidas de la comunidad.
El discernimiento del verdadero y falso profeta, en sus días, era una de las preocupaciones dominantes. También lo es hoy, porque el cristiano consagrado a Dios puede ser un falso profeta, entonces es necesario que nos examinemos, así es, en conciencia debemos analizarnos si somos falsos o verdaderos profetas.
¿Qué tanto estamos comprometidos en la instauración del Reino?, ¿Hablamos nuestra palabra y con nuestra vida en nombre de Dios?, quizás nuestra consagración a Dios nos hace parecer como profetas del Señor, pero íntimamente ¿respondemos a esa realidad?
Dice Jesús: Por sus frutos los reconocerán. Estos frutos son nuestras acciones como hombres, es así como depende de nuestra voluntad, entonces no pueden ser buenos si son productos de nuestra mala voluntad, como no pueden ser malos cuando vienen de la buena voluntad que tengamos.
Pero, ¿Cómo es la nuestra?, es preciso examinar nuestra voluntad, pues se puede ser consagrado o auto convencerse de que se es, pero se puede ser falso, o ser verdadero.
¿Como es nuestra vida?, es preciso hacerse un análisis, porque no solo son falsos profetas los herejes, sino también aquéllos cuya vida esta lejos de las enseñanzas de Jesucristo, una vida de escasa moralidad o corrupta, pero que es ocultada con el antifaz de la virtud, por eso dijo Jesús Por sus frutos los reconocerán.
¿Cómo es nuestra palabra?, es necesario que corresponda a la realidad intima de cada cual, si hablamos con la palabra de Dios, tenemos que hablar también con nuestra vida dedicada lealmente a EL y debe estar exenta de todo tipo de engaño, lo que mostramos, eso debe ser.
¿Cómo nos reconocerán?, por lo que hacemos, por nuestras obras, no por nuestras palabras.
Seremos cuidadosos de los falsos profetas, pero también nos preocuparemos de no serlo.
Dice el Señor; Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
Hay mucha falsedad por todas partes, debemos cuidarnos de los que son falsos y también de no serlo, especialmente cuidarse de la hipocresía, de aparentar, o de mostrar lo que no somos, porque el verdadero testigo del Señor debe ser absolutamente consecuente, es así como debemos parecer como tal, y presentarnos como tal, pero no solo parecerlo, sino que ser interiormente y esto reflejarlo exteriormente.
Tal como ese conocido dicho, se debe ser y parecer, eso es ser un discípulo autentico.
La honestidad, la vida en rectitud, el buen proceder, las buenas intenciones, la oración, la piedad, la caridad, la comprensión, la preocupación por los demás, la preocupación por las cosas de Señor, son parte integrante del sabor del buen fruto y de la oveja verdadera, el antónimo de lo anterior, es ser mal fruto y lobo.
Cristo Jesús viva en sus corazones
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant
EL CORAZÓN CONSTITUYE EL CENTRO PROFUNDO DE NUESTRO SER
Jerónimo nos hace caer en la cuenta de que Jesús nos invita a no detenernos en el «vestido», en las apariencias, y a tomar como criterio de valoración de la conducta humana los «frutos» que produce. Puedo detenerme en la meditación sobre los frutos que acompañan a la vida del cristiano. Los encuentro en las cartas paulinas (Gal 5,22; Rom 14,17; Ef 5,9) y los dispongo siguiendo la triple referencia con la que presenta al ser humano la Escritura , referencia que gravita sobre el corazón, los labios y la mano. El corazón constituye el centro profundo de nuestro ser; la boca preside la comunicación, y la mano, verdadera prolongación de la conciencia, preside la acción.
Realizo un enfoque introspectivo, deteniéndome en la meditación sobre los tres centros de gravedad: Corazón: caridad, magnanimidad, fidelidad, justicia. Boca: alegría, benevolencia, mansedumbre, verdad. Mano: paz, bondad, dominio de sí mismo, «dedo de la diestra de Dios».
ORACION
Señor, soy un sarmiento injertado en ti, árbol de la verdadera vida. De ti me llega el líquido de
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