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jueves, 19 de agosto de 2010

Jueves de la 20ª semana del Tiempo Ordinario. Ciclo C.


Misa
Primera lectura
Lectura de la profecía de Ezequiel (36,23-28):

Así dice el Señor: «Mostraré la santidad de mi nombre grande, profanado entre los gentiles, que vosotros habéis profanado en medio de ellos; y conocerán los gentiles que yo soy el Señor –oráculo del Señor–, cuando les haga ver mi santidad al castigaros. Os recogeré de entre las naciones, os reuniré de todos los países, y os llevaré a vuestra tierra. Derramaré sobre vosotros un agua pura que os purificará: de todas vuestras inmundicias e idolatrías os he de purificar. Y os daré un corazón nuevo, y os infundiré un espíritu nuevo; arrancaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Os infundiré mi espíritu, y haré que caminéis según mis preceptos, y que guardéis y cumpláis mis mandatos. Y habitaréis en la tierra que di a vuestros padres. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.»

Palabra de Dios
Salmo
Sal 50,12-13.14-15.18-19

R/.
Derramaré sobre vosotros un agua pura
que os purificará de todas vuestras inmundicias


Oh Dios, crea en mi un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.


Devuélveme la alegría de tu salvación,

afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R/.


Los sacrificios no te satisfacen:

si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias.R/.
 
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (22,1-14):

En aquel tiempo, de nuevo tomó Jesús la palabra y habló en parábolas a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «El reino de los cielos se parece a un rey que celebraba la boda de su hijo. Mandó criados para que avisaran a los convidados a la boda, pero no quisieron ir. Volvió a mandar criados, encargándoles que les dijeran: "Tengo preparado el banquete, he matado terneros y reses cebadas, y todo está a punto. Venid a la boda." Los convidados no hicieron caso; uno se marchó a sus tierras, otro a sus negocios; los demás les echaron mano a los criados y los maltrataron hasta matarlos. El rey montó en cólera, envió sus tropas, que acabaron con aquellos asesinos y prendieron fuego a la ciudad. Luego dijo a sus criados: "La boda está preparada, pero los convidados no se la merecían. Id ahora a los cruces de los caminos, y a todos los que encontréis, convidadlos a la boda." Los criados salieron a los caminos y reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos. La sala del banquete se llenó de comensales. Cuando el rey entró a saludar a los comensales, reparó en uno que no llevaba traje de fiesta y le dijo: "Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin vestirte de fiesta?" El otro no abrió la boca. Entonces el rey dijo a los camareros: "Atadlo de pies y manos y arrojadlo fuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes." Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.»

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio

ciudadredonda
Ciertamente el lenguaje de los evangelios a veces nos resulta un poco exagerado. En este pasaje de hoy a unos convidados los maltratan hasta matarlos y a otro lo echan a las tinieblas atado de pies y manos. Menos mal que sabemos que son parábolas y que lo importante es el mensaje.

Es algo que conviene saber. La parábola es un género literario en el que (a diferencia de la alegoría, en la que todos los elementos tienen su sentido) sólo importa el mensaje global. No podemos fijarnos en los detalles para sacar de ellos consecuencias.


Y aquí se mezclan dos parábolas, claramente diferenciadas: la de los convidados que no quieren ir a la boda y la del que accede al banquete sin estar debidamente preparado.


O sea, que nos están diciendo por un lado que no nos “despistemos” con las cosas de este mundo (es un mensaje similar al de la lectura del lunes de esta misma semana) y que sepamos dónde debe estar de verdad nuestro centro de interés. Pero eso lo tenemos que traducir a la vida cotidiana: es más importante atender una llamada que terminar el crucigrama, o dedicar un tiempo más a estar con la abuela que salir corriendo para ver el partido por la tele, o estudiar antes que “chatear”… Y todo por el Amor que Dios nos tiene.


Y también nos están diciendo, en la segunda parábola, que no vale cualquier cosa. Que debemos atender los asuntos de Dios, la oración, los sacramentos, etc.  Que debemos leer la Biblia de vez en cuando. Que no basta con decir que uno es cristiano o cristiana y no hacer nada que lo manifieste. Que no se puede andar por la vida, en cuestión de fe, de cualquier manera, conformándose con ir a Misa de vez en cuando… Algún día nos sentiremos “expulsados” o al menos “lejanos” de las cosas de Dios, y ese día puede ser demasiado tarde.

LLAMADOS A LA FIESTA
(Ez 36:23-28; Mt 22:1-14)

Introducción
 Israel había profanado el nombre de Dios entre las naciones, mostrándolo como débil cuando tuvo que enviar a Israel al exilio. Ahora, cuando ya están en el exilio, Ezequiel les consuela. Dios restaurará de nuevo a su pueblo, dándoles un corazón nuevo y un espíritu nuevo.

Evangelio. Todos, tanto los buenos como los malos, están invitados al reino de Dios,. La salvación está abierta a todos. Pero ellos deben estar dispuestos, deben responder al llamado de Dios. Y una vez respondan, deben ser consistentes. Deben compartir en la lucha a muerte de Jesús contra el mal, para vivir la vida de Cristo. En el banquete eucarístico es donde realmente recibimos la fuerza para vivir la vida de
Jesús. Ahí el Señor nos prepara para la fiesta del matrimonio real.

Oración Colecta

Padre misericordioso de todos:
Tú abres las puertas de tu reino
para invitarnos a todos, tanto buenos como malos,
a participar de la vida de Jesús, tu Hijo.
Danos la sabiduría y la fuerza
para responder a tu generoso llamado
con todo nuestro ser.
Ayúdanos a marchar
por el camino de lealtad de Jesucristo
hacia ti y hacia los hermanos.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor,
que vive contigo en la unidad del Espíritu Santo
y es Dios por los siglos de los siglos.

Intenciones


  • Para que el Señor reúna a todos los pueblos para que canten unidos en alabanza de su nombre, roguemos al Señor.
  • Para que las vidas de todos los cristianos irradien alegría y esperanza y lleven a otros una fiesta de felicidad, roguemos al Señor.
  • Para que las comunidades sin sacerdote, que con frecuencia se sienten aisladas y abandonadas, puedan recibir el alimento de la palabra del Señor y, frecuentemente también, el cuerpo del Señor en la eucaristía, roguemos al Señor.
Oración sobre las Ofrendas
Señor Dios nuestro:
En estos signos de pan y vino
nos invitas ahora a la mesa santa
de tu Hijo Jesucristo,
como anticipo y garantía
de tu interminable fiesta y banquete en el cielo.
Danos la fuerza para responder a tu llamado,
y así lleguemos a ser nuevos en Cristo,
y para vivir su vida día tras día
hasta que nos permitas participar de su gloria
por los siglos de los siglos.

Oración después de la Comunión
Oh Dios, Padre amoroso:
Te damos gracias por darnos a tu Hijo
como nuestro alimento y bebida
en el largo camino hacia ti.
Por medio de esta eucaristía
haz que nos asemejemos cada vez más a él
para que sepamos respetarle y amarle en los otros;
para que seamos su imagen ante el mundo,
y para que tú puedas reconocer sus rasgos en nosotros
cuando nos des la bienvenida
para la eterna fiesta de felicidad y alegría.
Concédenoslo por medio de Cristo nuestro Señor.


Bendición
Hermanos: Todos los cristianos están invitados al banquete del Señor, pero no todos vienen. ¿Están algunos ausentes quizás porque no les hacemos sentirse bienvenidos y acogidos? Hagamos todo lo posible para que la gente se sienta con nosotros como en su casa.
Que la bendición de Dios todopoderosos, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes.

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