ANTÍFONA DE ENTRADA
San Lorenzo se entregó por entero al servicio de la Iglesia: por eso mereció sufrir el martirio y unirse con alegría a Cristo en el cielo.
Se dice Gloria.
ORACIÓN COLECTA.
Dios nuestro: encendido por el fuego de tu amor, san Lorenzo brilló por la fidelidad en el servicio y la gloria en el martirio; concédenos amar lo que él amó. y practicar lo que enseñó. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA 2Cor 9, 6-10
Lectura de apóstol san Pablo a los cristianos de Corintio.
Hermanos: Sepan que el que siembra mezquinamente tendrá una cosecha muy pobre; en cambio, el que siembra con generosidad cosechará abundantemente. Que cada uno dé conforme a lo que ha resuelto en su corazón, no de mala gana o por la fuerza, porque Dios ama al que da con alegría. Por otra parte, Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras. Como dice la Escritura: “El justo ha prodigado sus bienes: dio a los pobres y su justicia permanece eternamente”. El que da al agricultor la semilla y el pan que lo alimenta, también les dará a ustedes la semilla en abundancia, y hará crecer los frutos de su justicia.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La comunidad de Corinto organiza una colecta para cubrir necesidades básicas. San Pablo recomienda a los fieles que sean generosos en sus aportes, así el Señor les retribuirá con creces, esa buena disposición. Hoy la Iglesia apela a la generosidad de los cristianos y pide la contribución del 1 %; es un porcentaje mínimo, sin embargo pocos contribuyen. En nuestro país, todos los años, el tercer domingo de Pascua se invita a los católicos a renovar el compromiso de Contribución a la Iglesia.
SALMO Sal .111, 1-2. 5-9
R. ¡Feliz el que se compadece y da prestado!
Feliz el hombre que teme al Señor y se complace en sus mandamientos: su descendencia será fuerte en la tierra, la posteridad de los justos es bendecida. R.
Dichoso el que se compadece y da prestado, y administra sus negocios con rectitud. El justo no vacilará jamás, su recuerdo permanecerá para siempre. No tendrá que temer malas noticias. Su corazón está firme, confiado en el Señor. R.
Su ánimo está seguro, no temerá. Él da abundantemente a los pobres: su generosidad permanecerá para siempre, y alzará su frente con dignidad. R.
ALELUYA Jn 8, 12
Aleluya. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida. Aleluya.
EVANGELIO Jn 12, 24-26
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida la perderá; pero el que odia su vida en este mundo la conservará para la Vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde Yo esté, estará también mi servidor: El que quiera servirme será honrado por mi Padre”.
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Si el grano de trigo no muere, no produce fruto. Jesús va a morir y nacerá la Iglesia Universal. Jesús deja que su cuerpo sin vida sea depositado en el sepulcro: al levantarse de la sepultura, su mismo cuerpo, ahora glorificado abarcará también a los creyentes unidos a él. La vida que ahora, es propia de Jesús será comunicada a todos los hijos de Dios y se hará fecunda en el testimonio de los mártires.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Acepta con bondad, Señor, los dones que te presentamos con gozo en la fiesta de san Lorenzo, y por ellos concédenos tu salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
ANTÍFONA DE COMUNIÓN Cfr. Jn 12,26
El que quiera servirme que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor, dice el Señor.
ORACIÓN DEPUÉS DE LA COMUNIÓN
Alimentados con estos dones sagrados en la fiesta de san Lorenzo, te pedimos, Padre, que por la ofrenda de nuestro servicio podamos experimentar el aumento de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor.
REFLEXIÓN BÍBLICA
“El que quiera servirme, que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor”
Jn 12, 24-26
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. LA MUERTE DE JESUCRISTO COMO SU TRIUNFO
La hora de la muerte de Jesucristo ya es inminente. Hecha la entrada mesiánica en Jerusalén, el período para su muerte está ya en marcha. Esta es la hora tantas veces anunciada, así esta relatada en Jn 2:4; 7:30; 8:20; 13:1; 17:1 y la que sistematizó su vida.
Pero esta hora es la hora en que el Hijo del hombre será glorificado. San Juan, es el evangelista que, por excelencia, destaca la muerte de Jesucristo como su triunfo: no sólo victoria sobre el pecado, sino paso, pascua, al Padre (Jn 13:1) e ingreso de su humanidad en la plenitud de sus derechos divinos (Jn 17:1b.5.24).
2. "LES ASEGURO QUE SI EL GRANO DE TRIGO QUE CAE EN LA TIERRA NO MUERE, QUEDA SOLO; PERO SI MUERE, DA MUCHO FRUTO”
Este fragmento del Evangelio, nos Ilustra este triunfo, es la comparación parabólica con el grano de trigo. Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. Lo que Cristo enseña con una semejanza es la riqueza del fruto universal (Jn 11:52) de su muerte.
Así es, como en esta ocasión, Jesús por medio de esta metáfora, nos anuncia su glorificación por su propia muerte por medio de la comparación con el grano de trigo, con lo cual nos hace ver que su muerte no será un fracaso, al contrario será los que nos permitirá una vida nueva.
3. NO SIRVE UN GRANO DE TRIGO SIN GERMINAR
Como es habitual en El, Jesús es un hombre sencillo para comunicarse con los suyos, y emplea un lenguaje que no es difícil de entender. En esta ocasión los hace con metáforas de la vida ordinaria como en este caso de la semilla del trigo, todo campesino sabe muy bien que al sembrar el grano en la buena tierra, este muere, esto es, se pudre, pero como consecuencia de esto, de el surge una nueva planta que crece y luego bien regada da muchos granos más, y su siembra resultaría un verdadero fracaso si el grano no muriera.
Es así, como no sirve un grano de trigo sin germinar, pero la germinación de vida supone entrar él mismo en la muerte, como la muerte de Jesucristo y de los que estamos unidos a Él por la fe y el Bautismo, es como la muerte del grano de trigo y de esa muerte nace Vida Nueva. Para seguir a Cristo, no podemos evitar la cruz, si lo hiciéramos, estaríamos siendo como el grano sin germinar.
4. EL QUE QUIERA SERVIRME, QUE ME SIGA, Y DONDE YO ESTÉ, ESTARÁ TAMBIÉN MI SERVIDOR.
Jesús nos invita a seguirle y nos pide siempre entrega total. Nos invita a tener una actitud de confianza completa y sin reservas a la salvación del reinado de Dios, siguiendo a Cristo perderemos muchas cosas superfluas de esta sociedad, pero se convertirán en ganancia en fuente de vida. Jesús siempre nos pide una entrega radical y nos pide una vida sin egoísmo y sin pensar en asegurar nuestra propia existencia, tenemos que olvidarnos por completo de si mismo, como el lo hizo y sin palabra, el lo hizo con su vida en la cruz.
El que sirve a Cristo, ha de seguirle. Donde Cristo está, también deberá estar él. Si El está ahora en la muerte, también el servidor ha de seguirle por este camino. “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mt 16:24 par.). La enseñanza no se limita a solos los apóstoles o discípulos; es universalmente para todos. Esto exige, en orden a la vida eterna, perder su alma en este mundo.
Cuando leemos los Evangelios de san Juan, el mundo tiene el sentido de los hombres malos. Por eso, el que quiera guardarla intacta y preservarla (Jn 17:12) para la vida eterna, ha de perderla para la vida de este mundo malo.
5. PARA DAR BUENOS FRUTOS, HACE FALTA ENTREGARSE COMO SEMILLA
El Evangelio siempre nos pide un cambio y un compromiso, si miramos como está la sociedad hoy día, encontramos ese mundo malo del que habla Juan, donde cada vez hay menos interés por vivir como nos ha enseñado Jesús, donde se pierde fácilmente el estimulo por ser solidario con los mas pobres, un mundo que le es difícil amar y entregarse incondicionalmente al prójimo de la forma como Jesús nos ha pedido, una sociedad olvidada de orar. Entonces nos preguntamos ¿Qué frutos se pueden esperar con esta forma de vida? Para dar buenos frutos, hace falta entregarse como semilla, hace falta comprometerse por lo que uno cree, entonces si queremos dar fruto, debemos ser capaces de darnos, de entregarnos, de morir por aquello que estamos convencidos que es bueno.
6. “SERVIR” Y “SEGUIR”
A los cristianos se nos exige renunciar a nosotros mismo, renunciar a nosotros mismos en el servicio. “Servir” y “seguir”, son dos palabras que se usan frecuentemente para decir que somos cristianos: se sirve al Señor y se sigue al Señor y si seguimos a Cristo en todo momento y en todas las circunstancia, muriendo con Cristo, también seremos glorificados con Él. Así es, como el premio a este “servicio” y “seguimiento” a Cristo, será como nos anuncia El mismo: será honrado por mi Padre".
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
PARA LA LECTIO DIVINA
Si el grano de trigo que cae en la tierra
Jesús dijo a sus discípulos: "Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.
Jesús nos presenta, una sencilla parábola pero con un gran significado, la rutina de una semilla, una forma simple para comunicarse con la gente. Y como con las palabras no podía convencerlos suficientemente, se vale de un ejemplo, porque el trigo da mucho más fruto después que muere. “Y si esto sucede en las semillas, con mayor razón en Mí.” (Crisóstomo).
La gente conoce el recorrido de la semilla, desde los recovecos del suelo que la sofoca, la pudre y allí muere, pero con gran asombro, aparece viva sobre los surcos y se convierte en una dorada espiga con muchos granos nuevos. En otras palabras, la semilla muere sola y resucita multiplicando sus frutos. Nuestro Señor Jesucristo, “murió solo y resucito acompañado de muchos” (Beda)
El que ama su vida la perderá
El que ama su vida la perderá; pero el que odia su vida en este mundo la conservará para la vida eterna.
Jesús nos pide que no amemos el alma en esta vida, para no perderla en la vida eterna. No resulta fácil comprender esta frase, ¿nos suena duro?, ¿Qué significa para mí amar mi alma en esta vida terrenal o en este mundo?, ¿Pierde su alma quien la pone a los deseos de la farándula, y a disposición de una vida desordenada?.
El que quiere vivir según está el mundo y continuar gozando de las cosas temporales que la vida terrenal ofrece, éste la perderá, porque no la conduce a los términos expresado por el Señor en la bienaventuranza.
El que menosprecia las cosas terrenas y temporales, prefiriendo la verdad, la vida recta, el trabajo solidario por sus semejantes, la incasable tarea por los derechos del hombre entregados por Dios, la búsqueda de la paz, la vida según los evangelios, aún exponiéndose a la muerte, en otras palabras pierde su alma por las enseñanzas de Cristo, más bien la salvará.
Y el que odia su vida en este mundo, ¿es aquel que no tolera la manera de vivir de aquellos que nos quieren llevar a las cosas que no son de Dios?.
En todo caso, nuestra vida fiel a Jesús, debe ser aquella que aparte a nuestra alma de todo los que nos induce a realizar cosas contrarias s Dios, si es así, el Señor nos promete que la guardaremos para la vida eterna.
El que quiera servirme, que me siga
El que quiera servirme, que me siga, y donde yo esté, estará también mi servidor. El que quiera servirme será honrado por mi Padre"
¿Quiénes son los que sirven al señor? Ciertamente a los que no van detrás de su satisfacción propia, todo lo contrario, sirven al Señor los que buscan la gloria de Jesús. “Que me siga y donde yo este”, es decir por los mismos caminos de Señor, no por los míos. Este es un gran compromiso, Jesús dio todo lo suyo por los demás, dio su propia vida por todos nosotros, sus hermanos. El que hace la voluntad de mi Padre ese es mi hermano. “Donde yo esté, estará también mi servidor”, ¿En la cruz?,
No es fácil tomar la cruz y seguir a Cristo, es un camino duro, arduo, hay que estar dispuesto a cumplir con todo lo que el Señor nos enseño, hay que tener dispuesta la vida contra los sufrimientos, contra los peligros y ofrecerse hasta la muerte. Así como lo han hecho muchos, dejar lo conocido por lo desconocido, abandonar las cosas del presente, por las futuras y del Reino prometido. Esta en nosotros, el encontrarnos con el Señor, por eso dijo “El que quiera servirme”.Jesús, bueno y piadoso, algo natural en El, no quiso tener ninguno que lo sirviese como obligado, por el contrario, hace que lo sirviesen espontáneamente y le agradeciesen el poderlo servir.
El que quiera servirme será honrado por mi Padre" .Es la recompensa. Pero el Señor nos dice “Donde yo esté”. ¿En el Cielo?,San Agustín dice: Porque, ¿qué mayor honra puede recibir el hijo adoptado que la de estar allí en donde está el Unico? (Catena aurea)
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