Acuérdate, Señor, de tu alianza, y no olvides para siempre a tus pobres. Levántate, Señor, defiende tu causa y no desoigas el clamor de los que te invocan.
ORACIÓN COLECTA
Dios todopoderoso y eterno, a quien, movidos por el Espíritu Santo, nos animamos a llamar Padre; confirma en nuestros corazones la condición de hijos tuyos, para que podamos entrar en la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
LECTURA Ez 16, 1-15. 60. 63
Lectura de la profecía de Ezequiel.
La palabra del Señor me llegó en estos términos: Hijo de hombre, da a conocer a Jerusalén sus abominaciones. Tú dirás: Así habla el -Señor a Jerusalén: Por tus orígenes y tu nacimiento, perteneces al país de Canaán; tu padre era un amorreo y tu madre una hitita. Al nacer, el día en que te dieron a luz, tu cordón umbilical no fue cortado, no fuiste lavada con agua para ser purificada, ni frotada con sal, ni envuelta eh pañales. Nadie se compadeció de ti para hacerte alguna de esas cosas, sino que fuiste arrojada en pleno campo, porque dabas asco el día que naciste. Yo pasé junto a ti, te vi revolcándote en tu propia sangre y entonces te dije: «Vive y crece como un retoño del campo». Tú comenzaste a crecer, te desarrollaste y te hiciste mujer; se formaron tus senos y crecieron tus cabellos, pero estabas completamente desnuda. Yo pasé junto a ti y te vi. Era tu tiempo, el tiempo del amor; extendí sobre ti el borde de mi manto y cubrí tu desnudez; te hice un juramento, hice una Alianza contigo —oráculo del Señor— y tú fuiste mía. Yo te lavé con agua, limpié la sangre que te cubría y te perfumé con óleo. Te puse un vestido bordado, te calcé con zapatos de cuero fino, te ceñí con una banda de lino y te cubrí con un manto de seda. Te adorné con joyas, puse brazaletes en tus muñecas y un collar en tu cuello; coloqué un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas y una espléndida diadema en tu cabeza. Estabas adornada de oro y de plata, tu vestido era de lino fino, de seda y de tela bordada; te alimentabas con la mejor harina, con miel y aceite. Llegaste a ser extraordinariamente hermosa y te convertiste en una reina. Tu fama se extendió entre las naciones, porque tu belleza era perfecta gracias al esplendor con que yo te había adornado —oráculo del Señor—. Pero tú te preciaste de tu hermosura y te aprovechaste de tu fama para prostituirte; te entregaste sin pudor a todo el que pasaba y fuiste suya. Pero Yo me acordará de la Alianza que hice contigo en los días de tu juventud y estableceré para ti una Alianza eterna. Para que te acuerdes y te avergüences, y para que en tu confusión no te atrevas a abrir la boca, cuando Yo te haya perdonado todo lo que has hecho.
Palabra de Dios.
COMENTARIO
La historia de la esposa infiel ya contada por Oseas y Jeremías, se amplía hasta abarcar toda la historia. Aquí la historia comienza con la conquista de Canaán: cuando David con quistó Jerusalén, su población era de raza amorrea, y la clase alta, hetea.
SALMO Is 12, 2-4. 5-6
R. ¡Se ha apartado tu ira y me has consolado!
Éste es el Dios de mi salvación: yo tongo confianza y no temo, porque el Señor es mi fuerza y mi protección; Él fue mi salvación. R.
Ustedes sacarán agua con alegría de las fu3ntes de la salvación. Den gracias al Señor, invoquen su Nombre, anuncien entre los pueblos sus proezas, proclamen qué sublime es su Nombre. R.
Canten al Señor porque ha hecho algo grandioso: ¡que sea conocido en toda la tierral ¡Aclama y grita de alegría, habitante de Sión, porque es grande en medio de ti el Santo de Israel! R.
ALELUYA Cf r. 1Tes 2,13
Aleluya. Reciban la Palabra de Dios, no como palabra humana, sino como lo que es realmente, como Palabra de Dios. Aleluya.
EVANGELIO Mt 19, 3-12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Se acercaron a Jesús algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le dijeron: «Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?» Él respondió: « ¿No han leído ustedes que el Creador, desde el principio, “los hizo varón y mujer”; y que dijo: “Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne”? De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido». Le replicaron: «Entonces, ¿por qué Moisés prescribió entregar una declaración de divorcio cuando uno se separa?» Él les dijo: «Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón de ustedes, pero al principio no era así. Por lo tanto, Yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio». Sus discípulos le dijeron: «Si esta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse». Y Él les respondió: «No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido. En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda! »
Palabra del Señor.
COMENTARIO
Al cristiano la fidelidad total no le parece una. Esclavitud, ya que precisamente Jesús vino para darnos el Espíritu que permite cumplir la ley. Jesús manifestó en toda su (vida, lo que debe seria ley de los casados: fidelidad, compromiso, cariño, sacrificio XI el otro(a). Sin este espíritu, la misma lay de Dios, vendrá a ser para los esposa, cadena.
ORACION DE LAS OFRENDAS.
Padre de bondad, acepta los dones que misericordiosamente has dado a tu iglesia y que, con tu poder, conviertes en sacramento de salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Jerusalén, glorifica al Señor tu Dios, que te sacia con lo mejor del trigo.
O bien: Cfr. Jn 6, 81.
Dice el Señor: el pan que yo daré, es mi carne para la vida del mundo.
ORACIÓN DESPUÉS DE-LA COMUNIÓN
Padre, que la comunión de tus sacramentos nos alcance la salvecl6n y nos confirme en la luz: de tu verdad, Por Jesucristo, nuestro Señor.
REFLEXIÓN BÍBLICA
"y los dos no serán sino una sola carne”
Mt 19, 3-12
Autor: Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
1. “¿ES LÍCITO AL HOMBRE DIVORCIARSE DE SU MUJER POR CUALQUIER MOTIVO?”
Los fariseos, que se caracterizaban por su rigor y austeridad en el cumplimiento de la letra de la ley y en la atención a los aspectos externos de los preceptos religiosos se acercaron a Jesús para ponerlo a prueba, entonces le preguntaron:"¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer por cualquier motivo?".
La escena surge presentada a Jesús por un grupo de fariseos. Sus intenciones eran, ya muy de antes, manifiestamente hostiles contra El. Y esto mismo se declara aquí, quería ponerlo a prueba. Le van a presentar, con el fin de enemistarle, una cuestión que era entonces muy debatida.
2. “DARLE LIBELO DE REPUDIO,”
En la Ley se leía lo siguiente: “Si un hombre toma una mujer y es su marido, y ésta luego no le agrada, porque ha notado en ella algo indecoroso le escribirá el libelo de repudio. Una vez que salió de la casa de él, podrá ella ser mujer de otro hombre” (Dt 24:1-2).
Este texto de la Ley era sumamente discutido en las escuelas de interpretación judía. Para algunos bastaba cualquier motivo, incluso el más intrascendente o caprichoso, como el no haberle preparado bien la comida. El mismo hecho de encontrar otra mujer más hermosa, era a veces motivo de divorcio, se decía “que se podía divorciar” incluso si halló una mujer más hermosa, pues en el Deuteronomio se dice: “Si ella no encuentra gracia a sus ojos” sin restricción alguna. Josefo repudia a su mujer, madre ya de tres hijos, porque no le agradaban sus costumbres. Acaso estos fariseos, reflejando este ambiente y buscando tentarle, le presentan la cuestión de si es “lícito repudiar — verdadero divorcio — a la mujer (Mc) por cualquier causa.” Literalmente, “darle libelo de repudio,” el llamado “escrito de divorcio”
3. DE MANERA QUE YA NO SON DOS, SINO UNA SOLA CARNE”
Cuando hablamos de algo lícito, es porque esta permitido por la ley, pero aquí esta pregunta la orientación es, si es justo desde el punto de vista de la razón o de la moral, la pregunta es hecha de manera que no se refiera al divorcio simplemente, sino al divorcio “por cualquier causa”, queriendo obligar a Jesús a que opine sobre la disputa entre si permitía el divorcio literalmente por cualquier razón o causa, o sólo por causa de adulterio.
Pero Jesús los desconcierta exponiendo una vía distinta, que era la de la revelación primitiva. En el Génesis se expone claramente la creación de los dos sexos y la unión inseparable de ellos. “De manera que ya no son dos, sino una sola carne” en el sentido de una persona; “y una sola carne” no se puede dividir sin matarla. Y Así es como Jesús afirma categóricamente sobre lo indisoluble del vínculo matrimonial, revalidando la dignidad del matrimonio, rechazando la teoría del repudio, y restaura el derecho en su sentido original, sin dejar de recordar que Moisés les permitió divorciarse de su mujer, debido a la dureza del corazón, pero al principio no era así.
4. “LO QUE DIOS UNIÓ, NO LO SEPARE EL HOMBRE.”
De este modo, Jesús pronuncia una sentencia definitiva, restituyendo el matrimonio a su indisolubilidad primitiva: “Lo que Dios unió, no lo separe el hombre.” La palabra de Jesús situó la verdad de las cosas. Moisés, en efecto, “permitió” el repudio, no lo “mandó.” Pero “en un principio no sucedía así.” El matrimonio, aludiendo al Génesis, se enseña que es de institución divina. El matrimonio en su institución creadora, por su naturaleza, era indisoluble. Y si Moisés hizo esto, sólo lo permitió, fue una concesión que se autorizó, como una dispensa temporal, a causa de la dureza del corazón y del carácter duro. Pero aquel paréntesis de concesión ya terminó.
El amor que nos prometemos al casarnos, es un amor para siempre, de lo contrario no estaríamos siendo honestos y sinceros, por tanto el amor tampoco seria verdadero. Como humanos, por lo general somos inconstantes, y tenemos facilidad para el cambio, en especial con el carácter de persona, y esta forma de ser voluble, es una amenaza para la permanencia del amor. Entonces la intervención de Dios en nuestra unión como esposos, es garantía de indisolubilidad de este sacramento. Esta es una obra de la creación, es obra de Dios, en la que los hombres no podemos intervenir.
5. EL QUE SE DIVORCIA DE SU MUJER, A NO SER EN CASO DE UNIÓN ILEGAL, Y SE CASA CON OTRA, COMETE ADULTERIO".
Sin embargo, muchas veces concientes que la unidad y la indisolubilidad del matrimonio son dos cualidades establecidas por Dios, se le exige intervención a la Iglesia e incluso se le hace ver que es demasiado terca, firme, perseverante o excesivamente tenaz en este propósito, pero con lo que nos dice Jesús, significa que ni la misma Iglesia puede intervenir, por tanto, lo que debemos comprender que lo que esta haciendo es ser fiel a lo mandado por Dios.
Jesús quiere devolver a la ley divina, su primitivo vigor, y dice:”Por lo tanto, yo les digo: El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio". Sus discípulos le dijeron: "Si ésta es la situación del hombre con respecto a su mujer, no conviene casarse". La respuesta de Jesús al tema de la indisolubilidad del matrimonio fue tan tajante, que causó verdadera sorpresa en los discípulos.
6. MUCHAS VECES EL MATRIMONIO NO ES ALGO FÁCIL
Es cierto que muchas veces el matrimonio no es algo fácil, en otras palabras tiene su cruz y en ocasiones muy pesada, más aún si se mira como algo del cuerpo y de sus instintos, o relacionado con ellos, esto es carnal, pero si al contrario, si lo miramos con algo más de espíritu, y tomamos conciencia de que es un gran sacramento, descubriremos la riqueza del matrimonio.
Jesús respondió no sólo reafirmando implícitamente cuanto había dicho, sino presentando la excelencia de algo más grande y más difícil: la virginidad. De este modo, Jesús no aprobó la conclusión de “No conviene casarse”, y alaba la castidad consagrada, exponiendo metafóricamente la dignidad y excelencia de la continencia voluntaria: la virginidad.
7. "NO TODOS ENTIENDEN ESTE LENGUAJE”
Entonces responde:"No todos entienden este lenguaje, sino sólo aquellos a quienes se les ha concedido, es decir es un privilegio de aquellos “a quienes ha sido dado, es por don de Dios.
En efecto, algunos no se casan, porque nacieron impotentes del seno de su madre; otros, porque fueron castrados por los hombres; y hay otros que decidieron no casarse a causa del Reino de los Cielos. ¡El que pueda entender, que entienda!".
Esta es una invitación a la continencia perpetua a los que quieran consagrase exclusivamente al Reino de Dios, pero este ideal no es válido para todos, sino para aquellos a los Dios llama a tal estado y que tienen una firme voluntad de guardarla. Entonces nosotros tenemos que saber cual es el estado de vida que Dios nos ha señalado en el puesto que hemos de servir, sea este el camino del matrimonio cristianos, o la soltería o la virginidad consagrada.
El Señor les Bendiga
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant ocds
PARA LA LECTIO DIVINA
LO QUE DIOS HA UNIDO
Dios tiene un proyecto respecto al hombre y la mujer, el proyecto del matrimonio: «¿No habéis leído que el Creador, desde el principio... ?». «De manera que ya no son dos, sino uno sólo. Por tanto, lo que Dios ha unido...». No nos unimos en matrimonio por instinto, por una elección personal, sino obedeciendo a la voluntad de Dios. No somos nosotros quienes escogemos, quienes nos unimos, sino que es él quien escoge, nos llama, nos une; nosotros respondemos libremente a su llamada de amor. Es difícil explicar cómo sucede esto; Dios se sirve de muchos factores o causas: los del cuerpo, los de las pulsiones interiores, los de los acontecimientos cotidianos...
Así las cosas, tanto el matrimonio como el celibato han de ser comprendidos como realidades cristianas, y tanto el uno como el otro sólo pueden ser comprendidos por aquellos a quienes se les ha concedido. Es difícil comprender el celibato: «No todos pueden comprender esto, sino sólo aquellos a quienes Dios se lo concede... Quien pueda comprender que lo haga». Los discípulos no «comprenden» las palabras de Jesús sobre el matrimonio tal como él lo propone; ante la revelación de su proyecto -que es el proyecto original de Dios-, dicen: «Si tal es la situación del hombre con respecto a su mujer, no tiene cuenta casarse». En consecuencia, el matrimonio -y no sólo el celibato- es algo que hemos de «comprender», fruto de una búsqueda, de un abandono a la acción misteriosa del amor del Padre y del Hijo.
El hombre y la mujer, para llevar a cabo su vocación, deben «dejar» («Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre»: Gn 2,24), deben realizar un éxodo. Dejan su «soledad», tierra de su esclavitud («No es bueno que el hombre esté solo»: Gn 2,18). Y al final de su camino encuentran a aquel o aquella que Dios les ha dispuesto como «ayuda adecuada» (Gn 2,18), hecha para él. Ambos viven el misterio de la pascua y pasan de este mundo al Padre, entran en el amor trinitario. Ambos «dejan» y, de extraños como eran, de «solos» como estaban, son conducidos a formar una intimidad más grande que cualquier otro vínculo: «Se une a su mujer, y los dos se hacen uno solo» (Gn 2,24). La unidad, la indisolubilidad, la fidelidad que sustancia esta unión, no son «ley», sino «Evangelio» de Jesús. Este parte del matrimonio y llega al celibato. En este punto parece necesario intuir que Jesús quiere afirmar dos cosas. En primer lugar, que el matrimonio, como toda realidad, está al servicio del Reino. El Reino está tan por encima de todo, debe ser hasta tal punto la única preocupación, que para ponerse a su servicio es justo no sólo construir un matrimonio indisoluble, sino también abrazar el celibato.
ORACION
Resultó difícil entonces, Señor, comprender lo que significaba casarse o vivir célibe; lo fue para aquellos que estaban familiarizados con la sagrada Escritura y para tus mismos discípulos; lo es para nosotros, que vivimos entre mil propuestas, bombardeados por tantos proyectos, apremiados por tantos expertos que pretenden tener la última palabra. Ahora, por fin, nos queda clara una cosa: todo está bajo el signo de tu gracia, tenemos necesidad de tu Espíritu.
Envíalo sobre nuestras soledades y nuestros aislamientos, sobre nuestras clausuras y nuestros arraigos, sobre nuestros egoísmos. Envíalo como Espíritu de unidad y de fidelidad para que el yo se abra al tú, y cada uno se encuentre con el otro hasta hospedarse y recrearse recíprocamente en el amor. Envíalo a nuestras confusiones y oscuridades, a nuestro andar a tientas y a nuestro errar. Envíalo como Espíritu de luz para que introduzca la claridad en nuestros corazones y en nuestros sentimientos, en nuestras mentes y en nuestras fantasías, en nuestros pequeños y en nuestros grandes proyectos. Envíalo sobre nuestras perezas y sobre nuestras debilidades, sobre nuestros titubeos y sobre nuestros cambios de opinión. Envíalo como Espíritu de fortaleza que nos invita a partir, a arriesgar, a fiarnos los unos de los otros, a creer firmemente que tú eres el único que puede llevar a puerto un proyecto que es tuyo antes de ser nuestro.
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